miércoles, 19 de noviembre de 2008

conclusión

Conclusión

Después de dos meses de mucho trabajo, hemos llegado a la conclusión de afirmar la hipótesis que habíamos planteado al comienzo de la investigación.

Si un niño es víctima de violencia en su infancia, es muy probable que cuando sea adulto repita estos actos agresivos, o de lo contrario se convertirá en adulto reprimido y solitario.

Los niños que hoy son maltratados, cuando sean adultos se volverán problemáticos. Hay que tener en cuenta que ellos son quienes el día de mañana estarán a cargo de una familia; si no buscamos una solución a esta problemática es muy seguro que se convertirán en agresores, por esta razón habrá más chicos que van a sufrir y de esta manera, nunca se terminara esta cadena tan espantosa.

En cuanto al maltrato contra la mujer, consideramos que deberían de existir más centros de atención e información, para que las mujeres se sientan protegidas. Todos los integrantes de la sociedad debemos comprometernos más, para que las mujeres víctimas de violencia, sientan seguridad y se animen a realizar las denuncias. Estaría bueno que ayudemos a los demás, a solucionar sus problemas; no seamos egoístas, no pensemos únicamente en nosotros, hagámoslo como un acto de humanidad y solidaridad.

La realización de este trabajo, nos a servido a nosotras como mujeres, que el día de mañana formaremos una familia y seremos madres; a razonar sobre este tema; Y nos dejo como enseñanza que debemos mantenernos informadas, y brindar ayuda a las mujeres que son víctima de violencia.

ORGANIZACION DEL TRABAJO

Introducción
Marco teórico
Maltrato contra la mujer
Maltrato infantil
Autoestima y comunicación
Efectos psicosociales
Diseño de investigación
Entrevista
Conclusión

miércoles, 12 de noviembre de 2008

ENTREVISTA

Entrevista a la psicóloga: Marisa Shutte.

1. ¿Disminuyo o aumento la violencia en los últimos años?

_No estoy segura si en los últimos años aumento, creería que si, porque los problemas sociales, económicos, familiares, aumentaron. A demás de nota porque hay más casos denunciados.

2. ¿Existe apoyo psicológico para los niños que son víctimas de violencia?

_Si, orientación psicológica y tratamientos de organismos oficiales o privados, centros de atención, fiscalía.

3. ¿Qué instituciones están disponibles para ayudar a las personas que sufren esta problemática?

_La unidad de fortalecimiento familiar que tiene respaldo municipal, centro de violencia, Ceim, psicólogos y asistentes sociales de dispensarios, centro de salud mental, hasta en el hospital San Nicolás.

4. ¿Las personas toman conciencia que esto los rodea?

_ No, toman conciencia porque parece no impórtales, pero habría que hacer campañas en los medios para concientizar de este tema.

5. Generalmente ¿En qué clase social aparece este tipo de violencia?

_La verdad se da en todas las clases, pero muchas veces las clases altas lo ocultan por vergüenza o para que no se divulgue. Además en estas clases tienen sustento económico y en cambio de la clase baja no tiene por tal motivo no tiene a donde ir.

6. ¿Qué secuelas le quedan a los niños maltratados?

_Es muy probable que cuando sean grandes como yo dije lo naturalizan y lo repiten en su vida de adultos, además de secuelas en el cuerpo y especialmente psicológicamente también le quedan secuelas , como baja autoestima, desvalorización a su persona, son muy tímidos o por lo contrario son bastantes agresivos.

7. ¿Qué características tiene los agresores?

_Pueden ser personas agresivas en su vida cotidiana o todo lo contrario pueden ser excelentes pares y tranquilos.

DISEÑO DE INVESTIGACION

Diseño de investigación

El trabajo lo comenzamos hace dos meses, aproximadamente en el mes de agosto; después de haber observado el aumento de la violencia en distintas esferas de la sociedad. Existen muchos tipos de violencia: escolar, familiar, laboral, juvenil, (etc.).

Nuestra investigación hace referencia a la violencia familiar (porque es la que más nos preocupa a nosotras), en especial sobre mujeres y niños, porque son los grupos más vulnerables de la sociedad.

Lo primero que hicimos fue elegir el nombre de nuestro proyecto. Nuestro trabajo de investigación se baso en recaudar datos en textos, que buscamos en la biblioteca de nuestro colegio y en fiscalía, nos llevo un mes y medio seleccionar los datos que desarrollamos en el marco teórico; utilizamos artículos periodísticos de casos de violencia ocurridos en todo el año; realizamos setenta encuestas en nuestra ciudad (en el mes de octubre); y a demás en forma directa le realizamos una entrevista a la psicóloga Marisa…… Y en la primera semana de noviembre, realizamos la conclusión de nuestra investigación; y así finalizamos nuestro trabajo de investigación.

EFECTOS PSICOSOCIALES

Efectos psicosociales.

En este sentido, nos referimos a la relación mujer – varón, pero también a los vínculos que se vuelven fuertemente asimétricos entre adulto – menor, profesional – consultante, jefe – empleada, docente – alumna, etc. Son violencias cotidianas que se ejercen en los ámbitos por los que transitamos día a día: los lugares de trabajo, educación, salud, recreación, la calle, la propia casa. Se expresan de múltiples formas; producen sufrimientos, daño físico y psicológico. Sus efectos se pueden manifestar a corto, medianos y largo plazo, y constituyen riesgos para la salud física y mental.

Uno de los principales efectos de las violencias cotidianas contra las mujeres es la deposición y el quebrantamiento de la identidad que las constituyen como sujetos. L a violencia transgrede un orden que se supone que debe existir en las relaciones humanas.

Se impone como un comportamiento vincular coercitivo, irracional, opuesto a un vinculo reflexivo que prioriza la palabra y los efectos que impiden la violencia. Es una estrategia de poder, aclara Puget(1990), que imposibilita pensar y que coacciona a un nuevo orden de sometimiento a través de la intimidación y la imposición que transgrede la autonomía y la libertad del otro. En este sentido, Aulagnier (1975) dice que la violencia es la alineación del pensamiento de un sujeto por el deseo y el poder de quien impone esa violencia. Ese sujeto busca someter la capacidad de pensar de quien violenta imposibilitándole, muchas veces, la toma de conciencia de su sometimiento.

Uno de los efectos más traumáticos producto de la violencia y estudiado por la psicología, y el psicoanálisis y los estudios de género es el fenómeno de la destrucción psíquica: perturba los aparatos perceptual y psicomotor, la capacidad de raciocinio y los recursos emocionales de las personas agredidas impidiéndoles, en ocasiones, reaccionar adecuadamente al ataque(Velázquez, 1996).

La cuestión de la intencionalidad.

Si le preguntamos a cualquier persona que ha ejercido la violencia, aun la más extrema o dañina, si su objetivo era ocasionar el daño que causo, muy habitualmente la respuesta será: no. Para el agresor, la intencionalidad de la violencia de la violencia nunca queda conectada con producir el daño que realmente produce. No vincular la intención al daño permite a quienes maltratan no asumir que su conducta es violenta y, por lo tanto, no aceptar responsabilidad en la destrucción emocional o física que generan.

Como pasaremos a ver, esta operación defensiva de diseccion psicológica es una de las diversas operaciones que le permiten a los violentos separar sus actos tanto de las intenciones como de las consecuencias. Es por otra parte, solo uno de los muchos procedimientos que tanto los individuos como el conjunto social realizan para sostener y hacer más aceptable la violencia.

La intencionalidad, siempre presente en los actos violentos, se vincula al ejercicio del poder. El objetivo de retener por medios violentos el poder sobre el otro es trasparente en aquellos tiranos que para mantenerse en el poder torturan a sus opositores. Es igualmente transparente cuando su marido tiránico, irritado ante el menor “incumplimiento” de su mujer, procede a destrozarla a golpes.

Sin embargo en muchas ocasiones las acciones violentas no presentan tal trasparencia y la “bondad” de los fines intentará justificarlas. Propósitos tales como “disciplinar”, “educar”, “ hacer entrar en razón, “poner limite”, proteger”, “tranquilizar”, en ocasiones serán intentos serios y en otras procurarán un “salvoconducto” para que el hecho violento sea considerado natural: un modo de actuar legitimo de acuerdo a las pautas culturales vigentes.

Lo que se observa en los discursos de los dictadores es muy similar a lo que ocurre con los hombres que ejercen la violencia domestica: cuando se los confronta con su conducta, todo ellos elevan inmediatamente el nivel de abstracción del discurso y pasan a hablar de paz y libertad o de la familia, el amor y la unidad. Se niegan sistemáticamente a hablar acerca de sus practicas y optan por decir generalidades y recurrir a conceptos generales, con los que todo el mundo esta supuestamente de acuerdo defensiva: salirse rápidamente del plano concreto del comportamiento y así no hacerse responsables de sus actos.

Hay una diferencia sustancial entre las personas violentas y aquellas otras que sólo tienen algunas conductas agresivas o tienen reacciones violentas ocasionalmente.

La diferencia basca consiste en la capacidad o no de reconocer tales conductas como violentas. Incluso, una vez concluido el incidente, son capaces de darse cuenta y pedir ayuda para solucionar sus problemas. Dicen “no por qué, pero cuando pasa tal cosa, pierdo el control y no me reconozco”, “me avergüenzo y me arrepiento de los ataques de ira que tengo”, ect. Los violentos no registran ni su comportamiento, ni el daño que causan.

Las personas violentas no registran la gravedad, ni asumen la responsabilidad de sus actos porque tienen incorporados los patrones de la respuesta violenta como normales y naturales.

AUTOESTIMA Y COMUNICACION

Autoestima y comunicación

Aprender a valorar a las personas empezando por uno mismo, es una de las formas de prevenir la violencia familiar y toda forma de maltrato entre seres humanos.


La relación entre Autoestima y violencia familiar.

Una persona que no tiene una autoestima fuerte se transforma en alguien que puede ser maltratado porque no pone limites o no se da cuenta de que está siendo abusada. Por otra parte alguien puede compensar su baja autoestima, maltratando y abusando de su poder ante otra gente, pues es una manera de compensar lo inferior que se siente por dentro. En la violencia familiar tanto las víctimas como los victimarios tienen muy baja autoestima. Sólo que se manifiesta de diferente forma. Por eso es una manera fundamental de prevenir que alguien sea maltratador o maltratado es criarlo dándole el estímulo necesario para fortalecer su autoestima. Y si el daño ya esta hecho, uno de los caminos para la recuperación es ayudar a que su imagen y su autovaloracion se afirmen. De esta forma ya no se pondrá en situaciones de sometimiento o ya no necesitará someter a otros.

Muchas experiencias infantiles nos dañan y nos quitan de apoco el conocimiento sobre lo que realmente somos y valemos. Por eso necesario también aprender conocernos y valorarnos si no nos criaron transmitiéndonos una buena imagen o nos compararon con los otros sin que nos demostraran nunca que estaban satisfechos con nuestro rendimiento.

Hay gran cantidad de personas que aprendieron que tenían que obedecer, sacrificarse, complacer o someterse a cualquier situación para ser aceptados. Y otra gran cantidad que aprendió a creer que la única manera de que se le preste atención es gritando, insultando, golpeando y produciendo temor en quienes los rodean. Tanto unos como otros les transmiten a sus hijos e hijas ese modo de comportarse, pero también les están estimulando la formación de una autoestima deficiente.

La buena autoestima se manifiesta porque podemos decir que no o que si a lo que se nos presenta, sin aceptar presiones ni abusos; Podemos pedir lo que necesitamos sabiendo que los demás también tienen derecho a negarse, podemos comunicar nuestros sentimientos, pensamientos y emociones sin temor y de manera natural, sin maltratar ni ofender a nadie, podemos aceptar que los demás no piensen o actúen igual que nosotros sin por eso creer que son malos, etcétera.

Las características de la autoestima.

· Flexibilidad: es poder adecuarnos a los cambios y a los imprevistos sin perder la confianza y sin caer en el pesimismo.

· Creatividad: es no tener miedo a probar algo nuevo.

· Ambición: es poder proponerse metas maneras de conseguirás sin causar daño a nadie.

· Construcción: es buscar siempre lo positivo, lo que se aprende aun en las peores experiencias o pérdidas.

· Vitalidad: es saber que tenemos la fuerza y las ganas de probar todo lo que la vida trae, poner las energías en lo creativo y constructivo.

· Respeto: es cuidarnos y saber que nuestro cuerpo, nuestro tiempo, nuestro dinero, nuestros deseos, nuestras aspiraciones merecen respecto y consideración.

· Alegría: es poder rescatar algo lindo en todo, aun en los peores momentos poder aplicar un poco de humor.

Para reconocer las señales de un dolor emocional oculto:

El dolor y los resentimientos ocultos que nos siguen carcomiendo por dentro se pueden manifestar en la adolescencia y en la adultez de esta manera:

· Estallamos o nos irritamos por cosas insignificantes.

· Nos sentimos amargados y casi nada nos satisface.

· Sentimos la tentación de pelearnos con todo el mundo.

· Tenemos pensamientos negativos acerca de la vida y de la gente.

· Decimos cosas hirientes a las personas y luego nos arrepentimos.

· No entendemos por qué reaccionamos con tanta furia.

· Tenemos peleas con frecuencias o necesitamos tener a todos bajo control.

· Nos sentimos ignorados, marginados, muy solos.

· Nos comparamos o competimos con nuestros hermanos o hermanas.

· Nos tragamos el enojo con los demás para que no nos abandonen.

Una prueba típica de la baja autoestima es no poder aceptar elogios ni felicitaciones.

Alguien con una buena autoestima no necesita competir, hacerse notar, no se compara, no envidia, no se desmorona frente a un error, no-se autocondena con crueldad, no se justifica por todo lo que hace, no actúa como si “pidiera perdón por existir”.

Cómo se daña la autoestima en la infancia.

Existen padres, madres, docentes, o cuidadores que humillan, desprecian, no prestan atención, se burlan o se ríen del niño o niña cuando pide ayuda, siente dolor, tiene un pequeño accidente, necesita que lo defiendan, expresa miedo, pide compañía, se aferra buscando protección, tiene vergüenza, etcétera.

Estas actitudes se alteran con otras en las que se les demuestra cariño, lo cual confunde y crea inseguridad: se pasa de ser “malo y culpable” a ser “querido y bonito”.

El mensaje que final que queda grabado es: “somos mayores y podemos hacerlo. Vos no. Cuando seas grande podrás hacer lo mismo que nosotros”. Por lo tanto, cuando crezca, a la primera oportunidad traspasará la humillación o el maltrato a otros más pequeños o vulnerables.

Esta es la cadena de poder y abuso de poder que se traslada de una generación a otra.

El desprecio y la vergüenza vividos en la infancia son la fuerte de la mayoría de los problemas que afectan la vida adulta y los componentes más negativos de la baja autoestima.

La principal y más generalizada forma de violencia es el maltrato emocional.

Aunque no nos hayan pegado físicamente, nos han asustado de muchas maneras en nuestra infancia y nos hemos sentido culpables e intimidados.

Un niño o niña que esta se está desarrollando con una autoestima herido se atormenta con pensamientos o sentimientos que –por lo general- no pude comunicar ni compartir con nadie y aprende a soportar en silencio.

Los padres y madres que dañan la autoestima de los hijos e hijas no lo hacen de manera intencional, es el modo en que también los educaron a ellos. Pero es necesario aprender a cortar esta cadena generacional de actitudes y mandatos que destruyen durante la infancia la imagen interna de nosotros mismos.

La autoestima y la comunicación están íntimamente ligadas: según cómo nos digan algo, así será el efecto positivo o negativo, de aprendizaje o de resentimiento que nos deje por dentro desde nuestra infancia hacia el futuro.

Cómo sanar la autoestima herida en la infancia.

· Realizo mis elecciones y acciones con responsabilidad y sin temor.

· Me aplico a trabo con responsabilidad pero, si algo no va bien, no es porque yo sea un fracaso sino que todavía tengo que aprender más.

· El cuidado o la falta de cuidado con que trato a mi cuerpo depende de mí, aprendo a quererlo y aceptarlo, nadie tiene derecho a criticarme.

· Me hago responsable del modo como trato a los demás y evito repetir lo que a me hizo sufrir.

· Ahora yo soy responsable de mi felicidad y no dependo de que otros me hagan sentir bien o mal.

· Yo alimento mi vida en lo material, lo emocional, lo intelectual, lo espiritual.

· Tengo confianza en poder resolver lo mejor posible cualquier situación.

· Aprendo a comunicar mis sentimientos y respeto lo de los otros.

· Acepto y agradezco que me aprecien, que me feliciten, que me regalen.

· Cambio mis opiniones sin temor si me doy cuenta de que eran erróneas.


Señales de la recuperación de la autoestima.

· Cambia nuestro rostro, reímos más, estamos más distendidos/as.

· Somos capaces de hablar de nuestros logros tanto como de nuestras equivocaciones, con naturalidad, sin soberbia ni falsa humildad.

· Estamos más abiertos/as a aceptar limitaciones y errores, ya que la autoestima no está atada a la “perfección”.

· Nos sentimos más cómodos y libres para dar y recibir elogios, afecto, reconocimiento.

· Tenemos más armonía entre lo que decimos y hacemos: el modo de hablar y de movernos se vuelve relajado, flexible, sin agresividades.

Tenemos presente que existe una serie de expresiones y mensajes que son contraproducentes y que hay que eliminar para no maltratar.

Los principales ejemplos son:

Amenazas: producen miedo, hostilidad, sumisión, o una escalada de violencia.

Ordenes: demuestran autoritarismo, estimulan la rebeldía o una obediencia temerosa.

Otras formas de reaccionar:

· Criticas

· Insultos

· Deberías o tendrías que

· Interrogatorios

· Interpretaciones

· Cambiar de tema

· Negarse a escuchar

· Restar importancia

· Negar el problema

· Traer acusaciones del pasado

· Reproches

· Monólogos

· Generalizaciones

· Defensa

· Doble mensaje

· Incluir a otros

· Suposiciones

· Frases ambiguas

· Resentimiento oculto

· Interrumpir, burlarse, ironizar, acusar, manipular: son otras de las formas tan frecuentes y negativas de enfocar las conversaciones.

Para comprender la esencia de la comunicación.

· Afirmación: es buscar y establecer una afirmación, una seguridad.

La meta de la persona que habla, en este caso, es hablar del problema.

· Explore el problema con el fin de revelar la dificultad con más profundidad, si el tiempo lo permite.

· Verifique los sentimientos de la persona, además de los hechos.

· Utilice comentarios para expresar los sentimientos y tal vez el contenido del problema en una frase o expresión que indique reconocimiento.

· Pruebe de nuevo. Si no entendió, haga una pregunta aclaratoria.

· Reconduzca la conversación si la otra persona se aparta del tema. Esto ayuda a focalizar el tema.

· Utilice la frase “lo comprendo” con discreción.

· Guarde la información confidencial. Deberá asegurarse de que realmente le quieren contar el problema. En este caso tendrá que explicarles que lo que le cuentan es confidencial.

· Trate de centrar la conversación en el tema en cuestión.

· Permita que los silencios ocurran naturalmente en la conversación.

· Fíjese en los movimientos corporales o en los suspiros, indican discernimiento o aceptación.

Recuerde que oír y entender activamente ayuda a la otra persona a ampliar el enfoque que tenía de los demás no resueltos: al hablar con usted está resolviéndolos.

¿Sabe que la ha escuchado correctamente? Intente que se cuenta de esto.